27, Apr, 2014 en Odontología

¿Quién no se ha preguntado alguna vez por qué tenemos muelas del juicio si no sirven absolutamente para nada? Pues bien, desde Isidro y Márquez os damos la respuesta: son un legado de nuestros antepasados neardentales.

Se las conoce comúnmente como ‘muelas del juicio’ porque son las últimas en aparecer (hasta los 17-20 años no salen) y son uno de los síntomas más claros de la evolución humana, pero su nombre real es cordales por el lugar que ocupan en nuestra dentadura.Son la evolución de los terceros molares y ayudaban a nuestros antepasados a masticar las raíces, la carne cruda y otros alimentos duros propios de su dieta.

Con el paso del tiempo nuestra dieta fue cambiando y la falta de estímulo muscular debido por esa dieta más refinada propició una disminución del tamaño de nuestra dentadura, lo que propició que poco a poco dejaran de utilizarse.

Pero estas piezas dentales no son las únicas que están sufriendo alteraciones debido a la evolución humana y a los cambios alimentarios. Los incisivos laterales y los segundos premolares son los siguientes en la línea evolutiva y son los que más agenesias presentan después de las muelas del juicio.

¿Por qué dan tantos problemas?

Las muelas del juicio causan multitud de daños en nuestra dentadura y no es raro que tarde o temprano se tengan que extraer. El motivo es sencillo: debido a esa dieta más refinada, el tamaño de los huesos dentales se redujo, no así el tamaño dentario, de ahí que muchas veces no tengan espacio suficiente para salir.

Además, al salir las últimas nacen cuando la boca ya está formada y suelen tener poco hueco, de ahí que salgan torcidas o terminen desfigurando el resto de nuestra dentadura.

Otro hándicap es que al estar ubicadas al final de nuestra dentadura, su limpieza es más dificultosa, por lo que no es raro que sean las primeras piezas que sufran de caries.

Son por lo tanto las piezas que más daños y problemas pueden causar en nuestra boca, por eso desde Isidro y Márquez Estética Dentofacial aconsejamos que cuando comiencen los primeros síntomas de crecimiento se acuda rápidamente al dentista para hacer una radiografía sobre su posición y una valoración sobre si es conveniente su extracción antes de que terminen de romper nuestra encía.

En el caso de que crezcan rectas y con espacio suficiente, es conveniente mantenerlas. Eso sí, en cuanto aparezcan las primeras molestias también puede ser aconsejable proceder a su extracción y no gastar nuestro dinero en empastes y amalgamas ya que su utilidad es muy reducida por no decir casi nula.

Siempre que se opte por este recurso, será conveniente extirpar las cuatro piezas, aunque el resto estén sanas. El motivo es que para mantener la consonancia en nuestra dentadura es necesario que las piezas superiores y las inferiores coincidan y oclusionen entre ellas. En el momento que haya un hueco la pieza intentará buscar apoyo y se desplazará modificando el resto de nuestra dentadura.